29.8.11

Los setenta y ocho grados de sabiduría del Tarot

Escritor: Rachel Pollack
Año: 1980
País: USA
Género: No-literario

Frase inicial:
“Hacia mediados del siglo XV, no mucho después de que aparecieran en Europa las primeras referencias escritas a cualquier tipo de naipes, un artista llamado Bonifacio Bembo pintó, para la familia Visconti de Milán, un mazo de cartas sin título ni número.”

Este libro se centra en los 22 arcanos mayores (triunfos), esto es, en las 22 cartas principales numeradas del 0 al 21, sin palo asociado, y que en sus diseños se incluye una simbólica espiritual.

Aún cuando al final de cada descripción de la carta se hace referencia a los posibles significado en la adivinación, el verdadero valor del libro radica en la simbología explicada especialmente en el llamado Tarot de Rider. Una explicación de la simbólica va más allá de numerar los elementos o de describirlos tal como los podría ver cualquiera, la explicación nos permite introducirnos a los arquetipos y al conocimiento hermético.

Yo

Escritor: Arthur Schnitzler
Año: 1927
País: Austria
Género: Cuento

Frase inicial:
“Hasta aquel día había sido un hombre del todo normal.”

Schnitzler, a través de la enfermedad temible del olvido, nos muestra la triste realidad de nuestro mundo personalmente limitado por las etiquetas, nombres, que le ponemos a todo con cuanto nos relacionamos. Tan pronto fijamos nuestra atención en algo, esto adquiere importancia y por ello se merece una etiqueta que nos dice, entre otras cosas, el tipo de relación que mantenemos con aquello que ha sido nombrado.

Los nombres asignados a todo cuanto acontece en el mundo instruyen a la sociedad, con cada nombre se indica la utilidad y las reglas que aplican a cada cosa. A través de los nombres aprendemos a vivir y nos evitamos relacionarnos con cada cosa desde nuestra percepción.

Cabrá preguntarnos que implica nombrarnos, a cada uno de nosotros, por nosotros mismos: yo.

27.8.11

Sobre verdad y mentira en sentido extramoral

Escritor: Friedrich Nietzsche
Año: 1873
País: Alemania
Género: Ensayo

Frase inicial:
“En algún apartado rincón del universo, desperdigado de innumerables y centelleantes sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales astutos inventaron el conocer.”

Nietzsche nos pide que no olvidemos que el intelecto humano, haciendo uso de su creatividad, arbitrariamente ha nombrado a su mundo. En ese nombrar no bastan todos los lenguajes para describir la realidad mutable. Cuando olvidamos esto, lo nombrado lo convertimos en dogma y nos perdemos de experimentar la realidad; vemos con los ojos de otros y luego, jugando el papel del hombre racional, intentamos explicar esa pobre experiencia delimitándola con nombres para hacerla nuestra en lugar de experienciarla como hace el hombre intuitivo.

Cuando el hombre ve a través de él, y sólo de él, es imposible transferir a otro su experiencia completa puesto que no se ve mas que por la luz que emana el propio ser, tarea es de cada quien cerrar el telón de la escenificación de un guión pre-escrito y descubrirse así mismo en su relación única con el mundo.